lunes, 15 de septiembre de 2008
Pasado de Andrés
Cuando llegaba a la casa siempre tenía la botella de licor en la mano; siempre enfadado sin motivo aparente. Nos mandaba a dormir, pero escuchábamos lo que le hacía a mi madre. Nosotros no entendíamos lo que sucedía en ese momento. A la mañana siguiente se levantaba como si nada. Llenaba su pocillo de tinto con el primero del día, encendía un cigarrillo e iba a trabajar en el taller. Por las tardes era una persona diferente… le gustaba componerme versos y cantarme con el acordeón… yo quise mucho a mi padre. Por el contrario, mi madre siempre tuvo una clara preferencia por Andrés; mi papá decía que ella “se lo iba a tirar”. Cuando él lo perseguía para pegarle, Andrés se le escondía detrás de la falda y ella lo defendía, hasta que mi padre murió a los 39 años. Después de eso, nuestra madre tuvo muchos amores instantáneos, pero ninguno de esos la quiso como para casarse de nuevo. Pasaron los años y Andrés dejó de ser el niño mimado y se convirtió en el adolescente solitario y problemático. A pesar de todo, siempre quisimos ser una familia, pero Andrés no ponía de su parte. Mi mamá una vez lo maldijo cuando lo encontró robando plata de donde la guardaba ella. Sólo fue cuestión de tiempo para que Andrés se fuera de la casa sin mirar atrás.
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